No recuerdo que día ni mes, pero fué hace 5 años.
Era una tarde después de trabajar en la casa de la artesanía, con tiempo para tomar un descanso y sentarse al borde de la barranca para ver el sol en sus últimos destellos.
Cada atardecer en Tatei-Kie es diferente, en ésta ocasión el sol nos brindó un paisaje impresionante con tonos dorados. ¡Cómo extraño esos atardeceres!
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