Fue una gran sensaciòn, relajante en todos los sentidos. Despues de subir kilometros de carretera sin parar. Hemos llegado a la curva en donde un pequeño acotamiento nos invita a detener el vehiculo. Despues de horas de solo escuchar el ruido del motor, este silencio es impresioonante. Aqui està un muro de piedra altìsimo, llamado por los huicholes "El Pico del Aguila". Al subir no se aprecia la forma, pero una vez que ya estas, carretera arriba, esta roca de extrañas dimensiones, empieza a tomar la forma de una cabeza de aguila.
Y como decia al principio, este susurro del aire entre los arboles es algo conmovedor.
Aqui bajamos del vehiculo para estirar un poco las piernas y disfrutar de la panoramica vista que ofrece este improvisado mirador. Al fondo se vislumbran unas montañas azules, y hacia abajo, todo es bosque.
Algunos cuervos de cuando en cuando rompen el silencio con sus graznidos, y la grandeza de este momento hace que te sientas pequeñito, ante la grandeza de la naturaleza.
Y solo estamos a mitad del camino, y mi emociòn crece, al igual que la primera vez que fui a San Andrès. No cabe duda, la magia de los huicholes es autentica.