Los niños de ayer

Es un orgullo saber que aquellos niños que algún día fueron parte de mis imágenes en Tatei-Kie, ahora son estudiantes universitarios, y algunos ya profesionistas. No me queda la menor duda del esfuerzo y sacrificio que vivieron para llegar a la meta. Algunos aún siguen en la lucha. Mi más sincero reconocimiento para todos aquellos jóvenes wixaritari que buscan y alcanzan sus sueños.

Hace ya varios años

En la Actualidad

Pensando en mi muerte

No es que quiera morirme, es que hay veces que reflexiono sobre la vida. Pero toda reflexión sobre la vida lleva a un final: la muerte. Así es, "la muerte la traemos en las pestañas", frase que mi madre dejó para la posteridad y que aún no sé su real significado, pero me queda claro que no debemos asustarnos al pensar que algún día vamos a morir.

Y decía, reflexionando un poco sobre el tiempo, que se mueve inexorablemente sin darnos tregua, me preguntaba yo "¿Que pasa si me muero sin viajar a Tatei Kie de nuevo?", "¿Como sabrán aquellas personas allá en la sierra que siempre quise volver?", "¿Como recupero esa parte de mi que se quedó allá arriba?'"
No volveré a sentir el viento frío de la montaña en mi rostro, ni volveré a mirar un cielo tachonado de estrellas, ya no escucharé el susurro del aire entre los arboles, ni miraré salir el sol detrás de aquellas montañas azules, y el perfume de la hierba que crece junto a la improvisada pista de aterrizaje ya no lo percibirán mis pulmones.

Ante esta reflexión, vinieron a mi mente los recuerdos, de aquellos días felices, donde no había espacio para la tristeza o la incertidumbre. Aquellos recuerdos del olor a manta y estambre, a humo de leña y de fogón. Tantas cosas tan sencillas que me enseñaron a creer que se puede ser feliz sin tener que estar en la ajetreada vida de la ciudad. Y de nuevo, la muerte se asoma sobre mis pestañas y me pregunta -¿Que vas a hacer Manuel cuando llegue tu hora de partir?-  Me iré a Tatei-Kie.-le respondí-, pero si tu llegas antes, que mi cuerpo lo lleven allá.

Manuel Sepúlveda

Retomando el Rumbo.

No había modo de escribir, el tiempo pasa de prisa, los hijos crecen y las ocupaciones tambien, "tempus fugit". Los viajes a la Sierra Huichola  se quedaron en espera durante varios años. Los amigos Wixaritari que conocí en las diferentes comunidades de la Sierra de Jalisco y Nayarit, ya no los volví a ver, salvo algunos que por alguna razón se acercaron a Zapopan y Guadalajara.

No es extraño, los Wirras (así les llamo cariñosamente) son muy viajeros. Cuando no están en sus comunidades es porque andan viajando al interior de la República, en asuntos rituales de sus respectivas comunidades, o en los diferentes foros a los que son convocados y la mayor parte del tiempo están vendiendo sus trabajos artesanales.

Así que no es raro mirarlos en la CDMX, en Monterrey o en Los Cabos, que son lugares donde se aprecia con mayor interés la Artesanía Wixarika. En Jalisco, Nayarit y Zacatecas son parte en gran número de la comunidad ya que muchos jóvenes Wixaritari estudian en las universidades de estos estados.

Espero volver algún día a este mágico sitio en la montaña, cuando el tiempo me lo permita.
Mientras tanto mando un saludo a mis amigos wixaritari, donde quiera que ahora se encuentren.

Manuel Sepúveda

Viajando a Tatei-Kie

Para los que quieran visitar TATEI-KIE, en la sierra huichola, les comunico lo siguiente;
Tatei.kie es una parte de San Andrés Cohamiata en lo más alto de la Sierra Madre Occidental.
La carretera ya está terminada hasta San Andrés, hay que viajar con precaución y de dia preferentemente.
Llevar ropa termica hace mucho viento y frio. Comida enlatada, lámparas de mano y muchas pilas, la luz electrica falla constantemente. Calzado deportivo, gorra, sombrero, bloqueador solar, pañuelos y agua embotellada.

Las Avionetas salen de Ixtlan del Rio, Nayarit, los lunes, miércoles y sábados, y hay que madrugar a las 6 am para apartar lugar. Y ya lo demás es pura paciencia.

Las cámaras fotográficas son indispensables, pero si tomas fotos de los huicholes, pide permiso primero.

Disfruten su viaje y no intenten traer peyote.

Pamparius

Vochol By Pancho Bautista